Música: La Compañera que Nos Calma y Nos Mueve

Gente de los inicios de 3HO cantando.

Aquí hay extractos de un artículo originalmente publicado en una edición de 1979 de Beads of Truth.

 

“Cuando quitas las canciones de una nación, quitas su espíritu.”

– Siri Singh Sahib, Yogi Bhajan 

Hemos crecido a través de la música, a través de la música nos hemos unido, a través de la música nos hemos sostenido y a través de la música nos hemos regocijado en nuestra fuerza. Verdaderamente, en cada paso, nosotros, la Familia 3H0, hemos tenido la música como nuestro compañero y la música como nuestra auto-inspiración.

Recordar las canciones de nuestro pasado, es recordar nuestra historia. Nuestra música comenzó simplemente cuando aprendimos por primera vez las posturas y mantras de Kundalini Yoga. Cuántos entre nosotros recuerdan el simple son de “Ek Ong Kar Sat Nam Siri Wahe Guru,” cantado a capella, el cual aprendimos durante nuestras primeras clases con el Siri Singh Sahib? Nuestros oídos Americanos, acostumbrados a ricas armonías, pronto nos llevó a dividir la simple melodía en partes alternadas de hombres y mujeres, y luego en múltiples voces. Una melodía llevó a la otra y pronto había una gran variedad de tonos a través de los cuales cantar las alabanzas de Ek Ong Kar. 

Durante nuestros primeros años, cuando los jóvenes de la Nación Woodstock estaban congregándose en grandes números en variados caminos espirituales y maestros, nuestra familia compartió la riqueza de canciones inspiracionales y cantos que estaban siendo cantados por nuestros hermanos y hermanas en el espíritu. Cantamos “La Ilaha Il Allahoo” con los Sufis, “Om Shree Ram Jai Ram” con los estudiantes de Swami  Satchidananda y “Shalom, Shalom” con el Rabino Shlomo Carlbach. Habían canciones  devocionales que abrían el corazón, por Swami Krjyananda, como “Escucha, Escucha, Escucha” y “La Puerta de mi Corazón”, y el siempre contemporáneo himno Shaker de un siglo pasado, “Es un regalo para ser simple”.

Pero de todas estas melodías divinas, una de ellas, escrita por un grupo musical Británico llamado Incredible String Band, fue adoptado por nosotros por siempre. Sucedió que el Siri Singh Sahib tuvo una visión en la cual él vio a los niños de la Era de Acuario siendo asesinados sin piedad. Cuando fueron a su muerte, cantaron la canción,

“Que el Eterno Sol te ilumine,

Y el Amor te rodee,

Y la Luz Pura interior,

Guíe tu camino.”

A petición del Siri Singh Sahib, estas palabras se convirtieron en nuestra oración diaria con la cual hemos concluido cada clase de yoga y cada encuentro.

Lee más acerca de la canción ‘Que el Eterno Sol te Ilumine’ aquí

Escucha muchas versiones de ‘Que el Eterno Sol te Ilumine’ por cortesía de SikhNet aquí

Música guiando a la mente a una meditación relajada – M.S.S. Krishna Kaur, Los Angeles, enseñando una clase de yoga en 1971.

En 1971, el  Siri Singh Sahib lideró a un grupo de ochenta Americanos a India para visitar la tierra de los Gurus y, especialmente, la Casa de Guru Ram Das, el Templo Dorado. En respuesta a sus oraciones a Guru Ram Das, un mantra le fue revelado, “Guru Guru Wahe Guru. Guru Ram Das Guru.” Fue cantado en una melodía dulce y apacible melodía, y su repetición con amor trajo protección en tiempos de peligro, sanación en tiempos de enfermedad y consuelo en tiempos de angustia. Naturalmente, a medida que nuestra familia de músicos se volvieron por fuerza y apoyo de Guru Ram Das, comenzaron a cantar este mantra en nuevas melodías, las cuales tocaron desde sus corazones. Cada mañana, Ashrams de Guru Ram Das en el país, se llenaban de las inquietantes, alegres o conmovedoras alabanzas al Cuarto Guru.

Después de tres años de aprendizaje y crecimiento bajo la guía del Siri Singh Sahib, hemos obtenido un fuerte sentido de nuestra propia identidad como una familia y nación emergente.  Mukhia Singh Sahib Livtar Singh Khalsa escribió:

“Y cuando la prueba comienza, parece tomar mucho tiempo.

No olvides que eres cien mil veces fuerte.

Y sólo porque no lo recuerdes, no significa que sea mentira.

Esta familia ha estado navegando junta la mayor parte de nuestras vidas.

Y cuando estamos juntos podemos hacer tal sonido,

Va a voltear el mundo entero!”

Un grupo de músicos en la Costa Este, incluyendo a Gurushabd Singh, Sat Peter Singh y Mukhia Singh Sahib Livtar Singh Khalsa, habían formado un grupo llamado Sat Nam Este, mientras que un grupo similar en la Costa Oeste, incluyendo a  Mukhia Sardarni Sahiba Krishna Kaur Khalsa y Mukhia Singh Sahib Guru Singh Khalsa formaron Sat Nam Oeste. Estos grupos lanzaron una serie de cintas de caset que circularon por nuestra familia y entregaron horas de gozo e inspiración.

A pesar del pobre equipo de grabación y la falta de condiciones de grabación profesionales, se las arreglaron para transmitir el espíritu real de nuestra familia a medida que crecía con las pruebas de los tiempos.

Nuestra música no era sin humor. Usando estándares de rock and roll antiguos como la base para estas letras inteligentes, Gurushab Singh nos hizo reír y bailar a todos al estilos de “Shakti Loca”. “Yogi Alto” y “Cuál es tu nombre (es Krishna o Vishnu)?” Era divertido y saludable reír en nuestro estilo, y Sat Peter Singh realmente sabía como tocar esa vieja guitarra de rock and roll!

Nuestra familia probó ser una caja de tesoros de talento musical. Ahí emergieron algunos escritores de canciones increíblemente sensibles y dotados, como Gurudass SinghSingh Kaur, y Sardarni Sahiba Bibi Bhani Kaur Khalsa, quienes parecían derramar interminables corrientes de conmovedoras e inspiradoras canciones. Pero habían otros menos conocidos – cantantes, guitarristas, flautistas, pianistas – quienes, en sus propios ashrams y en sus propias regiones, llevaron la fe de Sikh Dharma al traer música a la gente.

Tantas de las canciones y melodías que ahora apreciamos fueron escritas por estos poco conocidos escritores, quienes nunca fueron reconocidos, ni pidieron ser reconocidos, por las melodías divinas enviadas a ellos por Dios. Por supuesto parecía que cada ashram tenía al menos un músico residente, despertando cantando a sus miembros, guiándolos en oración cantada y acompañándolos en celebración jubilosa.

Harmonio, guitarra, tablas, pandero, el Este saluda al Oeste en una escena pacífica.

Una fuente de orgullo para todos nosotros, en 1973, algunos de nuestros mejores músicos del este y oeste se unieron para formar la Khalsa String Band y para producir el álbum, Nación Espiritual. Liderado por Sat Peter Singh, el grupo fue en gira por el país, tocando conciertos en escuelas, iglesias, parques y auditoriums, hasta grabar el álbum Sons of the Tenth Guru en 1974. Las letras emocionantes grabadas en ese album, reflejaron nuestra consciencia creciente de nuestra identidad como Khalsa, hijos e hijas de Guru Gobind Singh,con un legado y una historia que se extendían cientos de años atrás más allá de los tiempos limitados de nuestras vidas.

Las canciones parecían decir: “Lo que fue pasado está sucediendo de nuevo. Lo que estaba desvaneciéndose de vista ha renacido ahora. El espíritu de los Gurus está vivo entre nosotros!”

La experiencia del pasado volviéndose presente en nuestras vidas, fue mejorada y fomentada por la introducción en nuestras vidas de lo que ahora sabemos es un ingrediente esencial de nuestro Dharma. Cuando escuchamos por primera vez Gurbani Kirtan tocado por Vikram Singh en 1972, pocos de nosotros se dieron cuenta de su profundidad y poder. Podría parecer extraño para nosotros hijos del rock and roll, jazz y música folclórica Americana, pero era para nosotros, y así nos hizo retroceder una y otra vez, más y más profundamente en su inmensidad interior.
En 1973, un grupo de mujeres Sikh Americanas volvieron de India. Para la sorpresa de todos, habían aprendido kirtan. Sus voces eran como las de las niñas pequeñas o como ángeles mientras cantaban con la inocencia de niños, “Jo Mageh...” y “Too Meraa Pitaa…” tocó nuestros corazones, y pronto toda nuestra familia estaba aprendiendo a hacer kirtan. Los harmonios y las tablas tomaron su lugar junto a las guitarras y dulcimers y flautas, y “SA-RE-GAs” se volvieron tan común como “SA—TA—NA—MAs” nuestros Ashrams de.

Gurbani Kirtan era un modo de expresión musical poderoso y universal. Las palabras del Guru, cortadas de la vena de gema preciosa etérica conocida como Naad o Corriente de Sonido, perforó las capas profundas de nuestras mentes, mientras que las encantadoras melodías abrieron nuestros corazones. La gente que nunca había cantado o tocado instrumentos musicales antes, encontraron realización creativa a través del Gurbani Kirtan. Por cierto, vidas enteras fueron cambiadas a través del poder del Gurbani. El débil se volvió fuerte, el enfermo fue sanado, la gente que había permanecido silenciosa por mucho tiempo se convirtieron en poderosos portavoces de Verdad y rectitud.

Algunos, como Vikram Singh, aprendieron a tener maestría sobre los poderosos y técnicamente efectivos ragas del Siri Guru Granth Sahib. Ellos serían nuestra guía y maestros durante los años venideros. Otros aprendieron la triste y dulces melodías enseñadas por Sardarni Amarjit Kaur (y otros). Cualquiera haya sido el estilo de kirtan que elegimos cantar, el son del Gurbani sirvió como mapa de ruta para el alma, todos ellos llevando a nuestro destino, nuestro hogar a los pies

 

No es difícil encontrar el ritmo natural de un niño.

 

Diez años han pasado y nuestra música ha crecido más poderosamente, más sofisticada y más elevadora. Con cada año hemos descubierto más y más cantautores talentosos en nuestro medio, y más y más músicos consumados para alabar a Dios en canciones. Ahora tenemos buen equipamiento e ingenieros hábiles para grabar y distribuir nuestros esfuerzos musicales.

Las posibilidades y potenciales para el futuro son ilimitadas. Cuántas canciones de la Khalsa están esperando en los éteres para ser descubiertas? Lo que sea que el futuro tiene, las canciones de nuestros primeros diez años son nuestro tesoro por siempre. Ellas son las guardianas de nuestro espíritu, para ser cantadas una y otra vez, llevándonos a través de las pruebas y obstáculos que han sido dispuestos en nuestro camino. Ellas son los letreros en nuestro camino, marcando el camino en que hemos estado, y apuntando el camino hacia nuestro futuro.

“Dios nos respeta cuando trabajamos. Pero nos ama cuando cantamos.”

Vikram Kaur tocando tamboura en San Diego.

Sat Peter Singh tocando tabla, Washington D.C.

Ver este artículo como originalmente apareció en Beads of Truth en 1979

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Traducido por: 

Rupinder Kaur Khalsa 

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