Este es un artículo de una edición de 1978 de Sikh Dharma Brotherhood, escrito por Shakti Kaur.
A medida que caminaba por la calle, en ruta al Harimander Sahib por primera vez, brotó un espacio dentro de mí, una emoción interna casi como la de una niña en vísperas de un feriado especial. Un pensamiento se levantó desde la profundidad, “miles y miles de vidas ha tomado para este momento,” y mi mente inmediatamente se volvió muy serena y silenciosa.
Me aproximé al lavamanos y luego al lugar de lavado de pie, cada vista nueva era una maravilla para mis ojos Americanos. Mis pies tocaron el mármol, suave y blanco y sin pensarlo mi frente estaba sobre él. Mi silencio sereno difícilmente podía ser contenido. Finalmente, al levantarme, cada uno de mis pasos era lento y deliberado a medida que el patrón en las baldosas de mármol cambiaban continuamente bajo mis pies. El agua brillaba. Suave y calma y mis ojos nunca habían estado tan húmedos.
Lo llamaban Dorado, pero sólo con ese nombre uno nunca podría adivinar su radiancia. A media tarde su brillo irradia pura magnificencia!
A medida que me aproximé al umbral de la puerta del Darshani, pasé caléndulas a través de las miles de guirnaldas en un hilo de devoción en amor al Uno. Y el dulce olor del ghee del Karah Prasad. Oh cómo el Dador da sin fin!
Una vez más, mi frente estaba sobre el mármol, ahora en el umbral de la puerta y otra vez en la entrada final. A medida que me postraba, deseaba nunca levantarme otra vez. Mi menté clamó con el Sonido más allá de todos los sonidos.
“Dhan, Dhan, Ram Das Guru, Jin Siria Tinay Savaaria.” “Bendito, Bendito es Guru Ram Das. El Uno que te creó te ha glorificado aún más”
Aquí hay un lugar sobre esta tierra donde la Gracia prevalece y néctar cae como gotas de lluvia desde el cielo. Aquí hay una prueba viviente del principio de k Ong Kar – hay Un Creador Quien ha creado esta creación. Aquí la visión de Guru Ram Das Ji, el cuarto Nanak, es continuamente satisfecha. En su estado de consciencia expandido, Guru Ram Das percibió una casa de oración, donde todos podían venir y dejar sus cargas. Percibió las heridas de todas las almas y sólo a través de la Gracia de Dios, construyó un tanque de néctar, Ram Das Sarovar, para que todos lo compartieran.
La ciencia moderna no puede desentrañar los efectos de la fe. Cuando el cáncer amenaza con apoderarse del cuerpo, los doctores recurren al escalpelo, y no dan aliento para orar. Y cuando la fe en Dios y el Guru trae frutos, ellos están sorprendidos sin palabras. Fui bendecida con la oportunidad de tomar y sumergirme en ese tanque santo y sagrado, y las cicatrices de existencias pasadas se limpiaron de mi cuerpo y alma.
La vida diaria está llena de muchos obstáculos, y las heridas del pasado amenazan con sumergir nuestro espíritu en cada momento. Pero tenemos el regalo, la increíble bendición, de sumergir nuestras almas en la misericordia de Dios, para traer nuestra abolladas consciencias en el umbral del Amrit Sarovar, el tanque de néctar, donde la Gracia se manifiesta a través de la fe y la oración verdadera nunca puede ser negada.
Oh mi Señor, déjame vivir mi vida siempre a tus pies.
Shakti Kaur fue diagnosticada en Septiembre de 1976 exhibiendo signos preliminares de cáncer. En Abril de 1977 fue tratada quirúrgicamente por cáncer. En Junio del mismo año, otra vez exhibía crecimiento canceroso. Cinco meses después, luego de volver de la Casa de Guru Ram Das, el sagrado Harimandir Sahib en Amritsar, India, los resultados de las pruebas mostraron ningún signo de cáncer, sino un ser humano my sano y normal.
Ver este artículo como originalmente apareció en Sikh Dharma Brotherhood en el
Invierno de 1978
Traducido por:
Rupinder Kaur Khalsa
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